sábado, 19 de mayo de 2012

Luis XIV


Viernes 18 de mayo de 2012

Si si, ya lo se, tengo que subir alguna foto, es que o escribo o subo fotos, así que me voy a saltear algún día de relato y me voy a poner con las fotos, es que cuando vuelva a casa y vaya a comer un asado a lo del Rapha o a lo de Josega no quiero atosigarlos con historias, así que se las dejo para que la lean y nos dedicamos al vino que es más lindo.
Hoy bajamos al super, buscamos un quesito de cabra que nos recomendaron unas chilenas, compramos un par de flautas, fiambre, yogurt, agua y una buena ensalada; nos armamos un desayuno y una vianda espectacular; a las 11 arrancamos para la parada del tren con destino a Versalles, en el desayuno hicimos un despliegue de mapas y prendimos la compu ya que Versalles está a unos 40 kilómetros de París y teníamos que ver cual era la forma de llegar en el transporte público.
Google es tu amigo y los mapas que te dan en las entradas de los metros donde venden los tickets son muy claros, así que caminamos 3 cuadras hasta la parada Javel y nos tomamos un tren de la línea C con destino a Versalles-Rive Gauche, el tren es cómodo y va bastante rápido, supongo que muy cerca de los 100 kms por hora, así que no demoramos más de 45 minutos, en algunas paradas se detiene y está un rato largo quieto, supongo que será porque tiene hora de salida y no se puede adelantar.
Llegamos a la estación final y había un sinfín de empresas ofreciendo tours, nosotros habíamos decidido hacerlo por nuestra cuenta así que salimos a la calle a ver para donde había que caminar; el primer comentario que le hice a Analía es que tonto y rural como siempre pensé que me iba a encontrar con campo, porque la guía del paseo del día anterior había comentado que Luis XIV se había mudado a la campiña en Versalles, obvio que así era en 1700 pero hoy es todo ciudad, entonces sin poder ver un puto árbol donde poder hacer pichí (parece una boludés pero el baño cuando estás viajando se convierte muchas veces en una prioridad) intentamos localizar el símbolo internacional del baño y por suerte frente a la estación del tren había terrible M amarilla, en McDonald's se come chatarra pero se mea de maravilla.
Seguimos a la gente y al dar vuelta una esquina a las 2 cuadras de la estación nos encontramos con la casita de Luis XIV en lo alto como a 500 metros, como tengo una vista muy aguda pude verla, el Palacio del Louvre mide 700 metros de largo y este pibe dijo: “ En esta pocilga no quiero vivir, no hay espacio para mis caballos, me voy para Versalles”, así que mandó agrandar el palacio de veraneo y arreglar los jardines para albergar su corte y sus más de 1000 caballos, ¡imagínense el despelote que es Versalles!
Para entrar al Palacio (además de cobrarte) había una cola de unas 1000 personas, traducido en tiempo supongo que unas 3 horas para llegar a la puerta, nosotros caminamos por afuera, vichamos por las ventanas y entramos directamente a los jardines del palacio con el mapita que sacamos (estaban para sacar che) del centro de información turística, son apenas 800 hectáreas los jardínes de Versalles de las cuales no tengo idea cuantas están parquizadas ahora, pero son muchas, muchas, muchísimas. Nos metimos por los jardines, absolutamente simétricos y entendimos un poquito por qué el pueblo francés se reveló contra el poder feudal, la verdad, asombroso, un despelote, increíble lo que son los jardines y eso que hoy los podan con máquinas eléctricas.
Caminamos como pigmeos en el Kalahari, obvio que la mochila con la botella de agua, la cámara de fotos, el abrigo de ella y algunos que otros enseres la llevaba yo, pero eso no es más que otro detallecito de los miles que tengo para contar :)
Disfrutamos mucho, cuando salía el sol se ponía caluroso, pero no fue problema, al astro rey desde que estamos en París lo hemos visto en total 15 minutos, siempre está totalmente nublado.
Llegó el momento de regresar y lo hicimos hasta Notre Dame, no vimos a Quasimodo ni Esmeralda pero esta Catedral construida en 1140 es otro despelote, te cobran para subir pero no para recorrerla adentro y por si no les comenté como todo aquí, si tienes menos de 26 años y eres ciudadano o residente de la Unión Europea entras a todos pero absolutamente todos los lugares gratis.
De Notre Dame caminamos hasta los Jardines de Luxemburgo y en el camino compramos algunas chucherías de recuerdo, ya no podía mover un pie así que tomamos un metro y volvimos al apartamento a descansar un rato y pegarnos una ducha, llegamos a eso de las 7 y media.
A las 9 volvimos a salir caminando donde a los pies de la torre nos tomamos el barco para hacer el paseo por el Sena; está lindo ver París desde el río de noche pero no es la gran cosa, comparado con los otros paseos si están cortos de tiempo este se lo pueden saltear sin quedarse con pena.
Al regreso nos volvimos a sacar fotos abajo de la torre pero esta vez de noche y toda iluminada, esto si es gratis y no se lo deben perder. Nos comimos unos creps con una cerveza de camino al apartamento y llegamos muertos, seguíamos caminando, puffffffffff. Luego skype con mi familia, una ducha y a la cama donde ¿a qué no saben quien dormía como un Lirón?
Exacto, acertaron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario