miércoles, 16 de mayo de 2012

Rocha - Carrasco - Orly

Martes 15 de mayo de 2012

El despertador sonó a las 6:40 y dormité 10 minutos hasta que desperté a Analía; como siempre saltó de la cama, se pegó una ducha rápida de 5 minutos y luego me tocó a mi.
A las 7:30 cuando papá pasó a buscarnos (mira si el Willy iba a dejar que nos fuéramos en ómnibus!) para llevarnos al aeropuerto de Carrasco estábamos listos.
Pasamos de largo por el aeropuerto y fuimos hasta Montevideo a levantar los papeles del seguro médico de viaje, la tarde anterior Analía llamó al banco a ver si el seguro de la Visa le cubría el viaje y nos dijeron que aquí en Europa nos pedían para entrar un seguro de 30.000 euros, así que tuvimos que llamar a Leandro para que nos gestionara el seguro en SUAT para darnos tranquilidad (100 dólares por las costillas),
obvio que no nos pidieron ningún seguro cuando aterrizamos en Barajas; a las 10
de la mañana desayunábamos en el Mendizabal y a las 11 estábamos en Carrasco.
El vuelo de Iberia despegó puntual a las 13:45 y se hizo eterno, tal vez porque el avión no se movía para nada, aterrizó en Barajas media hora antes de lo esperado, a la 1 y 10 de la mañana hora de Uruguay, 6 y 10 hora local.

Miércoles 15 de mayo de 2012

El aeropuerto de Barajas es inmenso, nos movimos en un tren desde la terminal T4S hasta la terminal T4 donde esperamos la conexión a París, pasamos por Zara donde Ana se compró un buzito por 9 euros y ahora con el sol dándome en la cara escribo mis primeras impresiones. En Uruguay son las 3 de la mañana, aquí son las 8, ¡el vuelo me robó 5 horas de sueño!
Voy a fijarme en que puerta tengo que embarcar porque aún no está en las pantallas... sigo luego desde París. Bye

Muertos los dos, no pudimos dormir en el viaje, los asientos del avión por demás incómodos, (tomar nota que tener guita y viajar en primera SI hace diferencia je je). Iberia nos ofreció llevarnos hasta la puerta del apartamento por 17 euros cada uno, en vez de los 10 que nos hubiera costado el transporte público, el cansancio inclinó la balanza por el servicio más caro, el chofer vivió 15 años en Colombia así que su español era perfecto, suerte para él que no tuvo que tratar de entender nuestro perfecto sistema de señas.
El camino desde Orly hasta el apartamento, muy cerquita de la torre fue rápido y ya me dio para tener un primer pantallazo, a diferencia de la sensación de derroche, de absoluto consumismo, con aquellos autos gigantes y pantallas por todos lados
que sentí en New York, aquí se respira "normalidad".
El perfil de la torre está presente todo el tiempo, ¡es grande mismo!
Llegamos al apartamento, nada que ver con una buhardilla, super funcional, muy cómodo, moderno, lindo y con guaifai pa poder escribirle a la barra que no me perdí y estoy listo para pasear.
Baño obligado para recuperar fuerzas, medio día hora local, y nosotros ya llevamos un día sin dormir; abajo del apartamento hay un super, compramos una botella de agua, una baguette rellena de paté y 2 postres tipo milhoja, todo por 6 euros, y arrancamos a caminar hacia el Sena que está a cuatro cuadras para dirigirnos
a la Torre Eiffel.
El Sena precioso, nos sentamos a los pies de la torre a dar cuenta de las milhojas (la baguette la liquidamos en el camino de a mordizcos) y nos dispusimos a hacer la kilométrica cola, descubrimos que había dos, una para los cagones y viejitos que te sube en ascensor desde el suelo (nota: hacer esa cola la próxima vez je je) que tenía una demora de 2 horas y otra para los machotes bien machotes que se animan a subir por las escaleras hasta el segundo tramo, en 5 minutos ya teníamos nuestros
tickets de 10 euros en la mano y el primer escalón bajo nuestros pies.
La vista es impresionante, la sensación de estar caminando por uno de los
monumentos más emblemáticos del mundo también, Analía no dejó de sacar fotos cuando llegamos al primer descanso, en realidad no podía subir un escalón más y esa era le excusa :)
¡Ah! me olvidaba, un dato muy importante, aunque estamos en primavera, está frío, si no hubiera comprado el chaleco de 300 pesos en el super URU antes de salir me habría cagado de frío.
Arriba escuchamos a una pareja hablar español y le pedimos que nos sacara una foto, ¿de dónde son? de Uruguay, ja! nosotros también, después un brasilero nos escuchó y nos pusimos a hablar, era de Rio Grande do Sul y nos dio hasta su tarjeta.
Vuelvo a decir: la vista es espectacular, como vi que el arco de triunfo estaba cerquita lo marqué como próximo destino en nuestra caminata.
Bien, cerquita es una definición muy vaga si hace un día que no duermes y subiste 500 escalones, el camino desde la torre hasta una cuadra antes de llegar al arco de triunfo fue en absoluto silencio, cuando me di cuenta le pregunté a Ana como se sentía y alcanzó a decir que si no se sentaba moriría allí mismo, jaaaa, veníamos
con la reserva, nos sentamos en un banco y nos pusimos a programar nuestros próximos pasos mapa en mano, decisión unánime, visitar el arco de triunfo y tomarnos el metro para volver al apartamento.
Me puse a mirar el tráfico y me di cuenta que hay muchas muchas motos, no vi ninguna Winner (estos franceses no tienen idea de lo que es un buen vehículo), son motonetas grandes (muy grandes) o motos del estilo de la BMW Z1200 que son las que vi más.
Caminamos la cuadra que nos faltaba y llegamos a la rotonda del Arc de Triomphe, allí una belga muy hermosa nos preguntó en un perfecto inglés como se llegaba hasta el arco (hay que pasar por un túnel que va por debajo de la calle) y Analía en una especie de portuñol con spanglish y una mímica digna del mejor mimo le dijo que tenía que encontrar la boca del tunel (¡imagínense la mímica jajajajaj!). Yo la tranquilicé a la belga diciéndole: We are from Uruguay and only speak in Spanish, but follow us, we same direction (a lo indio) and She doesn't bite, me dijo que hablaba alemán, francés e inglés y caminó con nosotros (de mi lado claro está).
También se puede subir al Arco del Triunfo pero eran otros 10 euros por persona, así que cuidando nuestro presupuesto nos sentamos abajo a descansar, se me acerca un yanqui y me pregunta si vamos a subir, le digo que no y le hago la seña inequívoca de que no tengo un mango pa comprar la entrada y el tipo me dice que me da sus dos tickets porque su mamá se sintió mal y no quiere subir, tanto Analía como yo entendimos su inglés a la perfección, le dije zenkiu agarré las dos entradas y corrí hacia el portero, ni un segundo le di para que se arrepintiera.
Se sube por unas escaleras en caracol como las del faro de La Paloma, mis gemelos engarrotados y Analía desde atrás prendida a mi cinto no colaboró nada con mis últimas reservas, la vista me encantó y sacamos unas buenas fotos, había gente hablando en chino, inglés, francés, alemán, árabe, español y vaya a saber en que diablos más.
Bajamos, entramos al metro, le compramos a la máquina 10 boletos a 12 euros y emprendimos el regreso, el metro con el mapa es fácil de utilizar, hasta hicimos trasbordo a otra línea para salir exactamente a 2 cuadras del apartamento.
Con mímica y señas compramos en una rotisería que solo hablaban francés unos bocadillos muy pero muy buenos y en el super antes de entrar leche, pan, salame, café, azúcar y por supuesto vino, toda la compra, rotisería más super por 15 euros.
Comimos con el sol entrando por la ventana y se nos hicieron las 8 y media, muertos nos fuimos a la cama, antes hablé por skype con mamá y Agustín, un lujo la tecnología, supongo que se hará de noche a eso de las 9 y media.
Me desperté a las 12 y media de la noche, Analía ronca como un tractor, escribí todo esto y ya son las 3 y cuarto de la madrugada del jueves, ahora si me voy a la cama, mañana hacemos un Free Tour en español a las 11 de la mañana que dura 3 horas y media.

3 comentarios:

  1. Muy bueno compañero!!!, la verdad te pasaste con la narración, me encanto, disfruta mucho de ese gran paseo. Espero seguir leyendo estas notables notas en tu cuaderno de bitácora. Abrazo.

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  2. Tremendo!!! Muy buena narración, puedo comprar los derechos para hacer la peli? Me alegro que estén pasando bien!!! Un abrazo grande queridoooo!!!!

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  3. Grande, Chuelmo. Está bueno el cuaderno de bitácora. Ojalá no se te vayan las ganas de escribir :-)

    Abrazo,
    Arleque

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